
La arquitectura bioclimática es un enfoque de diseño arquitectónico que tiene en cuenta las condiciones climáticas y ambientales del lugar donde se construye un edificio para maximizar su eficiencia energética y minimizar su impacto ambiental. Esto se logra a través del uso de técnicas y materiales que permiten reducir el consumo de energía y mejorar la calidad del aire y del agua.
Una de las principales ventajas de la arquitectura bioclimática es que permite ahorrar energía y reducir la factura de luz y gas. Por ejemplo, en zonas cálidas y soleadas, la arquitectura bioclimática puede incluir grandes ventanales orientados hacia el sur para aprovechar la luz natural y reducir la necesidad de iluminación artificial. También puede incluir elementos como techos verdes o paredes vegetales que ayuden a regular la temperatura y reducir la necesidad de aire acondicionado.
En zonas más frescas, la arquitectura bioclimática puede incluir elementos como mamparas, toldos y persianas que permitan regular la entrada de luz y calor natural, y aislar el edificio para mantener una temperatura constante. También puede incluir sistemas de calefacción y ventilación que utilicen fuentes de energía renovable, como la solar o la geotérmica.